Durante esta época del año las cenas, celebraciones, fiestas y por supuesto el consumo de alcohol y otras drogas se ve incrementado.
Socialmente es conocida la peligrosidad de conducir bajo los efectos del alcohol y otras sustancias, existen numerosas campañas de tráfico relacionadas con el gran riesgo que se corre en la carretera cuando se ha consumido alcohol o cualquier otra droga.
Datos de la DGT (2017) exponen que uno de cada 3 conductores fallecidos en un accidente de tráfico da positivo en consumo de alcohol u otro tipo de drogas ilegales. Así mismo, datos aportados este año por la DGT evidencian que el 43% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico y analizados el en el Instituto Toxicológico tenía presencia de alcohol y drogas en sangre.
Sin duda son cifras más que preocupantes, y resulta observable que el consumo de alcohol y otras drogas afecta negativamente a la conducción.
El consumo de alcohol y otras drogas genera una alteración en la conducta, en la percepción, en las emociones y en el pensamiento de la persona que está consumiendo, independientemente del efecto que genere la intoxicación de la droga en sí misma. Por ello, sin lugar a duda esta alteración de la persona tiene un efecto negativo sobre la conducción.
Es importante conocer sus efectos en nuestro organismo a la hora de conducir, ya que su impacto en la accidentalidad es importante y juegan un gran papel en los siniestros de mayor gravedad.
¿De qué manera afecta el consumo de alcohol y otras drogas en la conducción?
La mayoría de las drogas de abuso alteran gravemente las capacidades de conducción, por lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente. Se ha calculado que un 10% de los accidentes de mayor gravedad están relacionados con el consumo de drogas.
Los efectos de las drogas en la conducción variarán según la droga que se consuma, pero de manera general, distorsionan la realidad, provocan agresividad, cambios de humor y somnolencia. Estas alteraciones por el consumo de drogas provocan exceso de confianza, pérdida de reflejos, desorientación, distracciones, deslumbramiento, visión borrosa y disminución de la fatiga.
Dado que los efectos provocados por la intoxicación son diferentes, se van a exponer los más característicos en función de qué sustancia se ha consumido:
El consumo de alcohol produce un enlentecimiento en las reacciones y movimientos, disminuye la concentración, incrementa el cansancio y la somnolencia, aparecen problemas en la coordinación así como en la visión y en la audición, lo cual impide calcular las distancias adecuadamente. Estos efectos comienzan a aparecer desde que se ingiere la primera gota de alcohol, aunque cuanto mayor sea el consumo más acentuados estarán estos síntomas.
El consumo de marihuana reduce el tiempo de reacción deteriora la percepción del tiempo y de la distancia y disminuye la coordinación motora. Además, se ha comprobado que aumenta la probabilidad de conducir en zigzag, por la alteración que produce.
El consumo de cocaína, al ser un estimulante del sistema nervioso, crea un fuerte estado de agitación, por lo que puede provocar comportamientos agresivos e imprudentes al volante. La persona se siente segura y sobrevalorará sus propias capacidades, dando lugar a una conducción con mayor riesgo y peligro; conductas competitivas y con el incumplimiento de las normas de tráfico, sobrepasando los límites de velocidad.
Tras el consumo de cocaína puede aparecer efecto rebote, es decir, presencia de somnolencia de manera abrupta, incrementando la posibilidad de sufrir un accidente.
El consumo de éxtasis genera sensación de euforia y emotividad intensa, puede dar lugar a la presencia de ilusiones ópticas o manchas de luz que puede llevar a la persona a realizar maniobras peligrosas. Se experimenta una mayor sensibilidad a la luz y problemas en la concentración, lo que puede llevar a las distracciones.
Si se consume anfetaminas, que también son estimulantes, se darán efectos parecidos a los de la cocaína. Comportamiento imprudente e impulsivo, sobrevaloración de las capacidades, disminución de la fatiga, retraso del sueño y puede llegar a comportamientos violentos.
El consumo de sedantes / tranquilizantes como benzodiazepinas, puede producir mareos y aumento de la somnolencia.
También hay que tener precaución con los medicamentos de prescripción médica, ya que también pueden tener efectos sobre la conducción. En estos casos, siempre hay que comprobar las recomendaciones.
El consumo de heroína puede dar lugar a convulsiones y fuertes calambres, el comportamiento se torna más arriesgado y la visión se puede ver afectada.
“Si bebes no conduzcas”
Después del alcohol, la marihuana es la droga más frecuentemente encontrada en las pruebas realizadas a los conductores. Varios estudios han demostrado que los conductores que han consumido marihuana tienen dos veces más probabilidades de ser responsables de una colisión, pudiendo llegar a ser mortal, en comparación con los conductores que no hayan consumido.
Asimismo, la peligrosidad en la conducción se incrementará aún más cuando se consume más de una droga, no queriendo decir que si se consume una no afecte pues ya se ha visto anteriormente que afecta en gran medida.
Por ello es importante que si consumes cualquier droga no conduzcas, pues aunque creas que controlas, la intoxicación genera efectos desde el primer momento, aunque sólo sea una “copa” y no superes los límites del control de alcoholemia permitidos.
Recuerda que los daños generados en una accidente de tráfico pueden ser innumerables y de gravedad, llegando a causar tu propia muerte o la de otras personas.
¿Es tan necesaria esa “copa” o el consumo de esa droga?
Llegados a este punto, y tras ver la tasa de accidentes de tráfico y de mortalidad en los mismos ocasionados por el consumo de alcohol y otras drogas realmente es importante valorar si puedo mantenerme sin beber o consumir una droga cuando voy a conducir.
Si a pesar de conocer las consecuencias de beber o consumir drogas cuando utiliza el coche, lo sigue haciendo, puede que presente un problema de dependencia o adicción al alcohol u otras drogas.
En Centro Acción contamos con un equipo de profesionales expertos en el tratamiento de adicciones, consumo de alcohol y otras drogas, quienes trabajan de manera integral para promover tu abstinencia a largo plazo así como una vida satisfactoria sin la necesidad de volver a consumir.
Los accidentes de tráfico son una de las consecuencias de una persona que tiene una dependencia o una adicción, debido a la dificultad que tienen en evitar el impulso de comenzar a consumir o parar una vez que han empezado, a pesar de las consecuencias que el consumo puede tener.
La mejor manera de prevenir accidentes de tráfico por beber o consumir drogas es no hacerlo, por lo que si sientes que no puedes por ti mismo en Centro Acción estaremos encantados de ayudarte.
Te invitamos a compartir este artículo para recordar al mayor número de personas que sea posible los efectos del alcohol y las drogas en la conducción.