Coloquialmente se conoce el síndrome de abstinencia con el término de “mono”. Sin embargo, este término puede dar lugar a confusión sobre qué es lo que se observa en un paciente que presenta un síndrome de abstinencia.
¿Cómo identificar los síntomas asociados al síndrome de abstinencia?
El síndrome de abstinencia aparece cuando una persona que ha tomado repetidamente una sustancia psicoactiva o ha realizado compulsivamente una conducta adictiva deja de hacerlo.
Cuando se interrumpe el consumo de la sustancia o la emisión de conducta adictiva aparecen una serie de síntomas asociados a la abstinencia, que variarán en intensidad y gravedad según la sustancia / conducta.
Estas reacciones fisiológicas y psicológicas se manifiestan durante un periodo acotado en el tiempo, es decir, es temporal.
• Alcohol: temblores, debilidad, dolor de cabeza, náuseas y en casos graves delirium tremens.
• Cocaína: ansiedad, síntomas depresivos, cansancio.
• Heroína: respiración agitada, sudoración, estado de alerta, incremento del ritmo cardiaco, escalofríos, fiebre, temblores, dolor muscular, diarrea.
• Cannabis: irritabilidad, ansiedad, disminución del apetito, somnolencia.
Por lo general, como se exponía previamente, es un periodo que puede durar pocas semanas y que se caracteriza por un desajuste emocional, psicológico y fisiológico (en caso de la adicción con sustancia).
Es inevitable que el síndrome de abstinencia aparezca en una persona que deja de consumir, dependiendo del tiempo y la cantidad consumida, el síndrome de abstinencia será más o menos intenso.
¿Por qué al pasar el periodo del síndrome de abstinencia la persona puede seguir queriendo consumir?
Para responder a esta pregunta es necesario hacer una diferenciación. Cuando una persona consume una sustancia o realiza una conducta de manera repetida, al ser retirada de manera abrupta, resulta coherente sobre todo cuando existe una sustancia química que nuestro cuerpo genere síntomas en base a su ausencia.
Cuando el organismo se “acostumbra” a utilizar una sustancia se conoce con el nombre de dependencia. Sin embargo, hablemos de ser dependiente o de ser adicto (imposibilidad para detener la compulsión a pesar de las consecuencias negativas del individuo en su vida), existe otra parte en el consumo o la emisión de la conducta que tiene más que ver con aspectos psicológicos o emocionales.
La parte psicológica o emocional de la adicción, perdura durante más tiempo y da lugar a los deseos de consumo (craving), una vez pasado el periodo de abstinencia inicial. Es por ello, que la posibilidad de recaer se mantiene latente a largo plazo.
Existen multitud de situaciones, estímulos o personas que se asocian con el consumo o la emisión de la conducta. Al abandonar la conducta de consumo, estos mismos estímulos o situaciones generan recuerdos en el individuo que provocan deseos o ganas de consumo.
Estos estímulos / situaciones o personas se conocen con el nombre de factores de riesgo externos (lugares de consumo, personas de consumo, etc.) e implican cambios de carácter externo que el adicto debe realizar con el objetivo de evitar la aparición de deseos de consumo que de exponerse aparecerían de manera inmediata.
Cuando un individuo consume una sustancia o emite una conducta adictiva tiene un objetivo (manejar emociones desagradables o evitarlas, evasión, escape de conflictos, adaptación a entornos, etc.). Por ello, cuando se cesa el consumo el individuo tiene que realizar múltiples cambios y adquirir herramientas que le protejan y eviten que vuelva al consumo. Estos cambios son de carácter interno e implican cierto periodo de tiempo para poder establecerlos debidamente en el individuo.
El objetivo terapéutico es modificar sus estrategias de afrontamiento, de canalización emocional y patrones cognitivos asociados al consumo para que el paciente no tenga que volver al consumo y además tenga una vida satisfactoria.
¿Cómo influye el síndrome de abstinencia en el tratamiento?
Durante el primer mes aproximadamente, los síntomas asociados al síndrome de abstinencia suelen manifestarse, sobre todo de manera más intensa al inicio.
Como se exponía previamente, en función de la sustancia o la intensidad del consumo, la gravedad y peligrosidad del síndrome de abstinencia varía. Por ejemplo, cuando un paciente presenta un alcoholismo grave el síndrome de abstinencia puede ser peligroso porque se puede poner en riesgo la vida del adicto. En estos casos, es importante que existe un control médico durante 48-72 horas, pues es el periodo crítico.
Para este tipo de casos, Centro Acción colabora con un prestigioso hospital madrileño con el fin de poder atender de forma segura y eficiente estos casos de mayor riesgo.
Una vez que ha pasado el periodo de mayor peligrosidad en ese tipo de casos, nuestros pacientes continúan trabajando con nuestros profesionales expertos en adicciones de manera ambulatoria. Nuestro Equipo terapéutico hará que el paciente cuente con las herramientas necesarias y los cambios individuales que correspondan a cada individuo y que le permitan mantenerse en recuperación a largo plazo, sin la necesidad de consumir una sustancia o emitir una conducta adictiva.