Muchos padres no saben cómo actuar cuando se enteran de que su hijo consume drogas. Descubre estrategias que te ayudarán a afrontar este problema.

Generalmente, la adolescencia es la etapa de la vida en la que se suele dar comienzo al consumo de algunas sustancias. Según la evidencia empírica, se sugiere la existencia de un patrón habitual en el que una persona puede iniciarse en esta práctica. 

La Hipótesis de la puerta de entrada postula que el uso de una determinada sustancia aumenta la probabilidad de usar otra, potencialmente más nociva y que el riesgo se multiplica con la frecuencia del consumo. Aquellas más iniciales son las legales, como el tabaco o el alcohol. 

Con frecuencia, la siguiente sustancia en ser consumida es el cannabis, seguida por otras como la cocaína, los alucinógenos e inhalantes o el éxtasis. Es decir, las sustancias legales darían pie al consumo de sustancias ilegales. 

Asimismo, las investigaciones señalan que cuanto más temprana sea la edad frente al consumo de sustancias legales, la probabilidad de probar las ilegales se ve incrementada. 

¿Por qué la adolescencia?

En ocasiones anteriores, se ha hecho alusión a las características de este periodo y qué implica en la vida de cualquier persona. Esencialmente, es una etapa compleja porque viene determinada por una serie de cambios, tanto físicos u hormonales como psicológicos y emocionales

La personalidad se forja en gran medida durante el curso de esta etapa y precisamente, ciertas características de personalidad, el entorno familiar y otro tipo de aspectos ambientales, influyen en el consumo de sustancias. 

Cómo actuar si tu hijo consume drogas

¿Por qué comienzan a consumir los adolescentes?

Durante esta fase prima la búsqueda y el aprendizaje de nuevas experiencias y sensaciones. La curiosidad ante los efectos de las sustancias se puede avivar en los adolescentes. Es una fase experimental en la que también se adquieren estrategias de afrontamiento ante circunstancias adversas y ante los problemas cotidianos. 

En ocasiones, gestionar esos problemas o ciertas emociones resulta complejo y entre las estrategias para afrontarlas, se encuentra desafortunadamente el consumo de sustancias. Según los estudios, con el consumo se tiende a evadir estados emocionales desagradables, a esquivar las preocupaciones e intentar hallar una solución mágica e inmediata a los problemas que pueda estar experimentando. 

Sin embargo, este tipo de herramientas en lugar de disminuir las emociones desagradables o los niveles de estrés y ansiedad, las agudizan de forma considerable, conduciéndole a situaciones más estresantes. 

Por lo tanto, no contar con estrategias saludables o recursos personales para afrontar de forma efectiva los problemas, provocará que el adolescente recurra de nuevo al consumo de estas sustancias. 

Factores de Riesgo 

Existe una serie de factores que pueden precipitar que un adolescente consuma. Aquellos que se relacionan con los aspectos psicológicos son, la búsqueda de sensaciones, la apertura a la experiencia, la evitación de responsabilidades, la sensación de pertenecer a un grupo o la presión que puede ejercer dicha sensación de pertenencia. 

Por el contrario, los factores de riesgo familiares y/o ambientales que favorecen la probabilidad del consumo, son los siguientes: 

  • Disponibilidad y/o accesibilidad de la sustancia: que depende de si los adolescentes pueden acceder o no fácilmente a consumir o a comprar dichas sustancias.
  • La aprobación social y la normalización que gozan algunas sustancias legales como el alcohol y el tabaco. La publicidad o algunos medios de comunicación influyen en la minimización de las consecuencias negativas asociadas a su uso y/o abuso. 
  • La asociación directa entre el consumo de sustancias y el ocio, que se rige bajo la percepción arraigada de que, sin el consumo de alcohol u otras drogas, no se consigue alcanzar la diversión o pasar un momento agradable.
  • Estilos educativos inapropiados. El consumo de psicoactivos en el entorno familiar, una atmósfera negativa en la familia, la ambigüedad de las normas o el exceso de protección, pueden ser circunstancias que aproximen al adolescente al consumo. 
  • Falta de comunicación y conflictos familiares. La existencia de una comunicación basada en la discusión y la disputa, así como la desigualdad entre los progenitores a la hora de establecer reglas o la inexistencia de comunicación pueden conducir al consumo de los jóvenes.

Factores de Protección 

Al igual que con los factores de riesgo, los factores de protección se dividen en función de su carácter psicológico, familiar y/o ambiental. Al contrario que con los de riesgo, los aspectos protectores son aquellos que disminuyen la probabilidad de que el adolescente consuma sustancias y se aleje de ellas. 

Entre los factores de protección psicológicos, se puede encontrar la capacidad que tiene el adolescente a la hora de resolver problemas o de enfocarlos desde una perspectiva positiva o proactiva. 

Del mismo modo, tener un estilo de afrontamiento más encaminado al esfuerzo o la búsqueda de apoyo del entorno social, o altos niveles de autocontrol, se posicionan como factores de protección. 

Por otra parte, aquellos aspectos familiares y/o ambientales, que favorecen que el adolescente se aleje de las sustancias son, la puesta en marcha de una comunicación eficiente o la aportación de información veraz sobre los efectos nocivos del consumo. 

Asimismo, una implementación firme y consistente de reglas o de disciplina e involucrarse en las preocupaciones, problemas y educación de los adolescentes, beneficia la protección ante el consumo.

¿Cómo  actuar cuando te enteras de que tu hijo consume?

Para la inmensa mayoría de los padres, enterarse por primera vez, de que su hijo consume cualquier tipo de sustancia, es una mala notica, frente a la cual, la respuesta habitual es no saber cómo reaccionar o qué medidas tomar. 

La sensación de impotencia y frustración, junto con la falta de información al respecto, producen una reacción de enfado, castigo y rechazo hacia el adolescente. Por este motivo, se da inicio a discusiones y conflictos que culminan normalmente con la imposición y prohibición de los padres hacia los hijos sobre el consumo. 

Si bien este tipo de reacciones son adaptativas y frecuentes en los padres, la reacción de los hijos también puede estar caracterizada por el enfado, el rechazo y la incomprensión. A menudo, los adolescentes hacen caso omiso a las prohibiciones y pondrá oposición a los castigos impuestos. 

Por este motivo, es imprescindible que cuando te enteres de que tu hijo consume, se genere un clima de comprensión y no enjuiciador. El objetivo no es atacarle, sino informarle y prevenirle acerca de las consecuencias y la gravedad del consumo de cualquier sustancia o de la realización de conductas compulsivas. 

Para ello, es esencial una búsqueda de información exhaustiva sobre las sustancias que se consumen entre los adolescentes, así como los efectos propios de cada una de ellas y, sobre todo, los efectos nocivos derivados de su uso y abuso. 

Además, es relevante observar los motivos por los cuales se está produciendo el consumo en el adolescente. Es decir, aunque en muchas ocasiones, el consumo persigue diversión y euforia; en la mayoría de los casos, existe un problema de base que empuja al adolescente a enfrentarse a estos mediante el consumo. 

Un ambiente de comprensión facilitará dilucidar las razones por las cuales el adolescente consume, sin embargo, el adolescente puede seguir consumiendo a pesar de la información recibida. 

En este caso, los padres deberán poner una serie de límites que estén muy bien definidos y que sean claros para sus hijos. Si el consumo persiste, como consecuencia se dejará de recibir beneficios de todo tipo, materiales, económicos o emocionales. 

Si, por el contrario, los adolescentes encuentran dificultades a la hora de frenar el consumo, se deberá valorar la necesidad de realizar un tratamiento especializado para cesar el uso de la/s sustancia/s. 

¿Cuándo intervenir si te enteras de que tu hijo consume drogas? 

Es fundamental tener en cuenta que la adolescencia es una etapa de muchos cambios y que es un periodo crucial para el correcto desarrollo y crecimiento del cerebro. Las regiones del cerebro que se encargan de tomar decisiones, planificar o inhibir comportamientos están aún en vías de desarrollo. 

El consumo no solo puede interrumpir este proceso y generar consecuencias en estos aspectos de por vida, sino que también se corre el riesgo de desarrollar adicción. Por lo tanto, si te enteras de que tu hijo consume y quieres prevenir las posibles secuelas, no dudes en ponerte en contacto con profesionales. 

Nuestro Tratamiento Específico para Adolescentes en la Desintoxicación de Sustancias está coordinado por un equipo de psicólogos y psiquiatras especializados en las conductas adictivas y es el escenario adecuado para abordar el consumo de tu hijo. 

Las consecuencias son inminentes, no obstante, la persona puede comprender que una vida sin consumo y satisfactoria es posible. La comprensión y la profesionalidad favorecerán que sea el adolescente el que tome la determinación de iniciar un tratamiento y cambiar y mejorar su vida. 

Además de lo expuesto, si no sabes cómo actuar cuando te enteras de que tu hijo consume drogas, no dudes en ponerte en contacto con un profesional.

Post actualizado. La primera versión de este artículo se publicó el 22/04/2019.

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