Los adictos tienen dificultades para reconocer que tienen un problema, tardan el reconocer su adicción por distintos motivos. Uno de ellos es que uno de los síntomas de la adicción es la negación. Sin embargo, existe otro elemento que tiene mucho peso también y es la vergüenza que siente un adicto para reconocer en su entorno social que tiene una adicción. Socialmente se desconoce que la adicción es una enfermedad, y continúa habiendo muchos mitos que no son correctos sobre la adicción (“el adicto consume porque quiere”, el adicto es un “vicioso”, son vagos, etc.).

Si resulta complejo admitir la adicción con una sustancia, en el caso de una conducta como el sexo, es todavía más complejo puesto que se trata de un comportamiento que se encuentra a priori, dentro de la normalidad. Además, aún existe un estigma social con respecto a la conducta sexual; el hombre que mantiene muchas relaciones sexuales es un “machote”, y las mujeres que hacen esto mismo son “promiscuas”.

Por ello, resulta difícil saber dónde está la línea entre lo normal y lo anormal, y sobre todo reconocerla en uno mismo o en alguien cercano. Y de ahí que con frecuencia nos pregunten en consulta: «¿Cómo puedo saber si soy adicto al sexo o alguien de mi entorno lo es?»


¿En qué consiste la adicción al sexo?

La adicción al sexo se basa en la pérdida de control del individuo con respecto al mantenimiento de relaciones sexuales u otras conductas asociadas de carácter sexual. La persona que tiene una adicción al sexo llega a un punto en el que no lo hace por disfrute, incluso le genera sufrimiento, culpa o vergüenza continuar realizando este tipo de conductas. Además, mantener la realización de estas conductas tiene consecuencias negativas en todas las áreas importantes de la vida del individuo (familiar, de pareja, social, laboral, personal), y a pesar de ello no puede parar de hacerlo.

Como ocurre en las adicciones con sustancia, la conducta de carácter sexual es la forma que tiene el adicto de afrontar los aspectos difíciles de su vida, de canalizar, de evadirse y de huir de aquellos elementos de su vida que no maneja adecuadamente.


Cómo saber si soy adicto al sexo: señales que se observan en esta adicción

Existen muchas dudas con respecto a cuál es la diferencia entre “que te guste el sexo y tener adicción al sexo”. Es importante reseñar que la adicción al sexo implica una necesidad y una falta de control de impulsos con respecto a mantener relaciones sexuales (conductas de carácter sexual). Cuando estas conductas se llevan a cabo aparecen emociones negativas y del mismo modo, cuando no se llevan a cabo pueden aparecer síntomas asociados al síndrome de abstinencia. Por otro lado, las conductas que se realizan cada vez adquieren un cariz más intenso y frecuente (efecto de tolerancia: cada vez se necesita mayor frecuencia o intensidad para obtener la satisfacción inicial).

A continuación, se van a exponer diferentes características de la adicción al sexo, no se deben cumplir todas, simplemente sirve para orientarte en las dudas que puedas tener:

• Un adicto al sexo tendrá apetencia de mantener relaciones sexuales durante gran parte del día. Pensamientos recurrentes sobre sexo.

Mentiras y engaños asociados al comportamiento sexual.

• Pasa más tiempo del previsto pensando en cómo llevar a cabo la conducta sexual, o haciendo propiamente este tipo de conductas.

• Las relaciones sexuales saludables van desapareciendo puesto que poco a poco van a ir dejando de generar satisfacción al individuo (efecto de la tolerancia: cada vez necesita mayor intensidad o frecuencia para obtener el placer inicial).

• El adicto irá necesitando nuevos estímulos o nuevas sensaciones, irá probando diferentes conductas de carácter sexual con el objetivo de encontrar el placer inicial, aunque cada vez será más difícil de alcanzar.

• Las relaciones monógamas también pueden dejar de ser satisfactorias, manteniendo encuentros con varias personas.

• Es posible que también lleve a cabo conductas como sadomasoquismo.

• En algunos casos, buscando esa satisfacción, prueban la homosexualidad en caso de ser heterosexual o viceversa.


Consecuencias de la adicción al sexo

Cómo puedo saber si soy adicto al sexo

La adicción al sexo deteriora todas las esferas de vida del individuo (laboral, familiar, social, económica, personal), pero cabe destacar el área sentimental/de pareja. La pareja de un adicto al sexo sufre las consecuencias y el daño de la enfermedad de la adicción, pero, además, también genera un deterioro emocional en esa persona debido a las conductas asociadas a esta adicción (consumo de pornografía, masturbación, infidelidades, pagos por mantener relaciones sexuales, etc.)

Además de esto, debido a la compulsividad que presenta el adicto y a que cada vez realiza conductas sexuales menos saludables y que implican mayor riesgo, es posible que esto último pueda fomentar la aparición de alguna enfermedad de transmisión sexual.

El adicto al sexo, como cualquier otro adicto en consumo activo, sufre antes, durante y después del consumo. A nivel emocional pueden aparecer sentimientos de suciedad, de vergüenza, de culpabilidad, sintiendo incluso repulsión hacia sus comportamientos y hacia él mismo.


Tratamiento en la adicción al sexo

Como se exponía previamente, la adicción al sexo se trata como cualquier otra adicción. El objetivo es que el adicto pueda volver a mantener relaciones sexuales de una manera normoadaptada y que sea fuente de satisfacción y bienestar.

El Equipo de tratamiento de Centro Acción es experto en el tratamiento de todo tipo de adicciones, trabajando de una manera integral y multidisciplinar. Nuestro objetivo es que puedas vivir una vida satisfactoria sin la necesidad de realizar conductas sexuales de manera compulsiva.

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