Conoce cómo afectan los videojuegos al cerebro y qué ocurre cuando se abusa de ellos.

¿Qué son los videojuegos?

Se entienden como videojuegos a aquellos juegos de carácter electrónico que se ejecutan en un ordenador o en videoconsolas, que también son dispositivos electrónicos. Desde hace un tiempo, los dispositivos electrónicos han surgido en la sociedad, para sufrir su mayor auge en los últimos años.

Los primeros juegos electrónicos aparecen aproximadamente a partir de las décadas de los 50 y los 60, sin embargo, no fue hasta los años 70, que ganaron la popularidad con la que se les conoce hoy en día, situándose como una rama más dentro de la industria informática. El crecimiento de los videojuegos ha sido exponencial a lo largo de las últimas décadas y de forma paralela, el propio concepto de videojuego ha experimentado cambios y ha evolucionado.

El objetivo principal por el cual se desarrollan los videojuegos es el provocar entretenimiento en aquellos que lo ejecutan. Algunos están diseñados para ser meramente entretenidos y otros se presentan con objetivos de tipo didáctico. Bien es cierto, que tales objetivos están estrechamente enlazados con el tipo de género con el que estén diseñados. La clasificación por géneros está basada, por ejemplo, en el método de juego. Entre ellos, los videojuegos pueden ser de acción, de aventura, de rol o de simulación. Los videojuegos en sí mismos se fundamentan en la interacción entre una o varias personas y el aparato electrónico que lo efectúa. Pero ¿te has preguntado alguna vez en como se produce la interacción entre el cerebro y los videojuegos, al jugar a los mismos?

Tal y como se ha mencionado con anterioridad, el objetivo general de los videojuegos es generar entretenimiento. Dicho entretenimiento, en la mayoría de las ocasiones se acompaña de una sensación gratificante y valorada de forma positiva. La manera en la que los videojuegos consiguen generar satisfacción y placer se produce de una forma muy sencilla en el cerebro: liberación masiva de dopamina. Esto quiere decir, que al jugar videojuegos pone en marcha un mecanismo de recompensa cerebral, a mayor cantidad de estímulos, más cantidad de dopamina, que se traduce en más placer. Esto le gusta al cerebro y le gusta al jugador.

¿Cómo afectan los videojuegos al cerebro?

Según las investigaciones en la materia, los efectos neurobiológicos no siempre se presentan de forma homogénea. Sin embargo, existe un consenso sobre los factores fundamentales de los que dependen estos efectos: el tiempo de uso, el patrón del uso, el tipo de uso de videojuegos y la preexistencia de condiciones neuropsiquiátricas. Estos factores se encuentran relacionados entre sí. Aparentemente, un uso regular y moderado de los videojuegos en niños, estimula el control de la atención, de la percepción, el cambio de tarea o la rotación mental. En adultos sin experiencia en los videojuegos, se señalan ciertas mejorías en las capacidades atencionales en sesiones de menos de una hora al día. También pueden mejorar la velocidad de lectura en niños con dislexia e incrementar las habilidades motoras en programas de rehabilitación.

Los estudios mencionados, están basados en el uso moderado de los videojuegos, pero ¿sabes qué sucede si se pasa del uso al abuso de los videojuegos?

¿Qué pasa con el cerebro si se abusa de los videojuegos?

Son numerosos los estudios científicos, que afirman que, en aquellos jugadores, en los que el tiempo de uso o patrón de uso se convierte en perjudicial, se producen cambios en la función y en la estructura del cerebro.

Estudios realizados con resonancia magnética funcional o con morfología basada en vóxel, que son técnicas utilizadas para evaluar la función o actividad, o para observar la anatomía del cerebro, respectivamente, indican alteraciones neuronales en los circuitos fronto-estriatales y fronto-cingulares. La corteza del cíngulo anterior, perteneciente al segundo circuito, se encuentra hiperactivada y presenta un volumen de sustancia gris reducido. Esta región está involucrada en procesos como el craving o deseo de consumo, la regulación emocional o la toma de decisiones. Esto se traduce en que las personas que usan videojuegos de forma perjudicial tienen más ganas de jugar, regulan peor sus emociones y tienen más problemas a la hora de tomar decisiones.

Por otra parte, en investigaciones que estudian la función del sistema de recompensa, hallan hiperactividad en regiones prefrontales laterales. La región prefrontal del cerebro es la encargada de funciones como la flexibilidad cognitiva o el control inhibitorio, que es la función que permite no ejecutar una respuesta por muy automatizada que esté. La explicación posible a ello es que en estas investigaciones se utilizan tareas basadas en la reacción ante estímulos relacionados con los videojuegos. En los jugadores compulsivos, inhibir esas respuestas supone un coste mayor que en jugadores sanos. Esto también se traduce en niveles superiores de impulsividad.

Por el contrario, se encuentra hipoactividad en la ínsula posterior y el giro precentral y postcentral, que son regiones críticas en el funcionamiento sensoriomotor. Esto sugiere que los jugadores están habituados a los estímulos relacionados con los videojuegos y son menos sensibles a la información sensorial y motora asociada. Finalmente, se encuentra una liberación de dopamina en el estriado ventral, que coincide con la provocada por el uso de sustancias. La evidencia señala que la adicción a sustancias y la adicción a los videojuegos tienen un sustrato neurobiológico común. Es por ello, que se realiza una definición clínica de la adicción a los videojuegos.

¿Cómo afectan los videojuegos al cerebro?

¿Cómo afectan los videojuegos al cerebro adolescente?

El cerebro adolescente no está exento de alteraciones neurales en relación con el uso y abuso de los videojuegos. Es más, ser adolescente, se sitúa como un factor de riesgo ante el desarrollo de una adicción.

La corteza prefrontal, encargada del control inhibitorio, la flexibilidad cognitiva o la toma de decisiones, está aún en proceso de maduración en la etapa de la adolescencia. Por lo que, el consumo de sustancias o jugar de forma compulsiva a videojuegos, interrumpe el normal crecimiento y desarrollo de esa región cerebral entre otras. Otras regiones cerebrales encargadas del comportamiento, las emociones y el aprendizaje también pueden sufrir alteraciones y no desarrollarse adecuadamente, ya que jugar videojuegos activa de forma más notoria zonas del cerebro relacionadas con la visión y el movimiento.

Bien es cierto que un uso moderado de los videojuegos mejora precisamente las habilidades visuoespaciales, la atención dividida, atención sostenida y la velocidad de procesamiento. Sin embargo, un uso problemático puede provocar pérdida de control sobre la conducta, puede provocar abandono de actividades e intereses alternativos y puede acarrear consecuencias negativas, por supuesto, también en los adolescentes.

Asimismo, se debe tener en cuenta que aquellos videojuegos con contenidos violentos, pueden generar una conducta más propensa a la agresividad. Ahora bien, los efectos que se producen en el comportamiento y las alteraciones que puedan ocurrir a nivel cerebral, dependen de la naturaleza del videojuego, la exposición al mismo -en horas de juego o edad de inicio- y de las características individuales de cada persona. Es imprescindible destacar que, si un adolescente juega de forma compulsiva a videojuegos y para a tiempo, las alteraciones cerebrales y conductuales que se producen son reversibles, mientras que las que se presentan en adultos, son irreversibles.

¿Cómo te podemos ayudar?

No importa si eres adulto o eres adolescente, si crees que tienes un problema o una dificultad con el uso compulsivo de los videojuegos, no dudes en ponerte en contacto con Centro Acción. Somos un equipo multidisciplinar especialista en adicciones, con una extensa experiencia en el tratamiento y la intervención de todo tipo de conductas adictivas. Valoramos psicológicamente cuales son tus necesidades para poner en marcha un plan de acción para ayudarte a vivir confortablemente, sin la presencia de conductas compulsivas.

Te invitamos a compartir este artículo para que otras personas conozcan cómo afectan los videojuegos al cerebro.

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