Conoce en qué consiste la adicción al fentanilo (la droga zombi), cuáles son sus principales síntomas, qué consecuencias tiene y cómo se trata.

La crisis de opioides es un problema que hasta no hace mucho tiempo se refería casi de manera exclusiva a EEUU, pero en los últimos tiempos hay una creciente preocupación en la comunidad internacional, y por tanto en España y Europa.

Uno de los principales protagonistas de esta crisis es sin duda el fentanilo, que es un opioide sintético de potencia asombrosa consumido por muchas personas en EEUU a pesar de tener unas consecuencias fatales y ser conocido como la “droga zombi” por la movilidad y síntomas característicos que presentan las personas que lo consumen.

Dado que todavía no ha penetrado en España de una manera significativa, entendemos que es un buen momento para informar sobre esta sustancia y así ayudar a conocerla y a que no se establezca aquí, tal y como ocurrió con otras drogas devastadoras, como por ejemplo la heroína en la década de los 80.

¿Qué es el fentanilo?

El fentanilo es un opioide sintético, diseñado en laboratorios, para actuar sobre los mismos receptores en el cerebro que otros analgésicos opiáceos como la morfina y la heroína. En medicina se utiliza sobre todo para tratar el dolor severo, especialmente aquel que es resistente a otros analgésicos. Dada su potencia, incluso pequeñas cantidades pueden ser letales, lo que plantea un grave problema cuando se utiliza fuera de un contexto médico controlado.

Causas de la adicción al fentanilo y diferencias entre España y EEUU

El cuerpo humano tiene una capacidad asombrosa para adaptarse. Al igual que ocurre con otras drogas, cuando se expone repetidamente al fentanilo, puede desarrollar tolerancia, lo que significa que se requieren dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto. Esta adaptación puede llevar a la dependencia física, y eventualmente, a la adicción. Lo cual es especialmente peligroso si se trata de una droga tan adictiva como en fentanilo, que por ejemplo, es 50 veces más potente que la heroína.

Mientras que en EEUU el consumo de fentanilo se ha propagado sin control por diferentes regiones, en España todavía no se ha establecido, si bien lo expertos cada vez alertan más sobre los riesgos existentes derivados, sobre todo, del consumo indirecto.

En nuestro país no hay una gran preocupación en cuanto al “desvío” de esta droga desde los ámbitos médico y farmacéutico, ya que hay una regulación mucho más estricta que la de EEUU (sin que esto signifique que no se hayan observado problemas). Y tampoco se ha detectado un mercado ilegal significativo para un consumo directo, a diferencia del país norteamericano, donde se puede encontrar a bajo precio con facilidad.

En cambio sí se observa con especial cautela la adulteración de drogas en el mercado ilegal con fenantilo. Algunos distribuidores han comenzado a «cortar» sus productos con este potente opioide con el objetivo de aumentar la potencia percibida de la droga y maximizar las ganancias gracias al bajo coste del fentanilo.

Además, esta adulteración no se limita solo a otros opioides. En sustancias tan variadas como la cocaína, la metanfetamina y ciertos sedantes han sido encontradas trazas de fenantilo. Para muchos consumidores, esto significa que podrían estar expuestos a caer en la adicción a una potente droga cuya existencia desconocen y, en el peor de los casos, podrían sufrir sobredosis al desconocer la composición real de la droga que creen estar consumiendo.

Esto no significa que esta práctica esté extendida a día de hoy en España, pero se han detectado algunos casos y el riesgo potencial convendría no olvidarlo.

Síntomas y efectos del fentanilo.

Síntomas y efectos del fentanilo

Como ya hemos comentado el fentanilo es un potente opioide conocido por aliviar el dolor, pero también puede causar una variedad de efectos en el cuerpo. Algunos de ellos incluyen sensaciones de euforia y relajación, pero también puede provocar somnolencia, desorientación, mareo, náuseas y problemas para orinar. Además, puede llevar a que las pupilas se reduzcan y dificultar la respiración.

El fentanilo afecta profundamente al sistema nervioso central (SNC). Cuando alguien lo consume puede experimentar una ralentización de la actividad cerebral debido a la naturaleza depresora del medicamento. Esta depresión del SNC puede llevar a una falta de coordinación motora, lo que da como resultado movimientos erráticos e inusuales.

Además de afectar directamente el movimiento, el fentanilo puede inducir otros efectos neurológicos como mareos, desorientación y somnolencia. Estos efectos secundarios pueden influir aún más en la capacidad de una persona para moverse de manera coordinada y deliberada, lo que da lugar a movimientos muy característicos que hacen que esta sustancia sea conocida como la droga “zombi”.

Si a esto se le suma la posible interacción del fentanilo con otras drogas o alcohol, las alteraciones en el comportamiento y la función motora pueden intensificarse.

La suma de estos factores, junto con las alteraciones cognitivas que el fentanilo puede causar en la percepción y el juicio, puede llevar a que una persona actúe de forma impredecible. Por lo tanto, es esencial entender los riesgos asociados y abordar el consumo de fentanilo con precaución.

Por otro lado, es vital entender que una sobredosis de fentanilo puede tener consecuencias gravísimas. Algunos síntomas alarmantes son el letargo extremo, alteraciones en la dilatación de las pupilas, piel fría y pegajosa, y una coloración azulada de la piel debido a la falta de oxígeno. Estas situaciones pueden avanzar a un estado de coma y, en el peor de los casos, a una parada respiratoria que resulte fatal.

Además hay que tener en cuenta que incluso sin llegar al punto de una sobredosis, el consumo prolongado de fentanilo puede ser igualmente letal. Con el tiempo, puede debilitar diferentes sistemas de nuestro organismo, como por ejemplo el respiratorio, y disminuir las defensas del cuerpo, lo que eleva el riesgo de infecciones.

¿Qué consecuencias tiene el consumo de esta droga?

La dependencia o adicción al fentanilo tiene profundas repercusiones en la vida de una persona. Como hemos comentado en el apartado anterior, en términos de salud física, la exposición continua a esta potente sustancia puede llevar a efectos secundarios graves.

Desde el punto de vista mental, la adicción puede exacerbarse con síntomas de ansiedad, depresión y, en algunos casos, paranoia o alucinaciones. Este estado mental alterado, combinado con la constante necesidad de la droga, puede tensar las relaciones con familiares y amigos, generando conflictos y distanciamiento. Económicamente, mantener una adicción es costoso y puede desviar fondos de necesidades esenciales, posiblemente llevando a la persona a perder su empleo y caer en problemas financieros. Además, dado que la posesión y distribución ilegal de fentanilo es un delito, aquellos que se involucran en su consumo pueden enfrentar serias consecuencias legales.

En conjunto, la adicción al fentanilo puede deteriorar significativamente la calidad de vida de un individuo. Los afectados dejan de disfrutar en su día a día, y sus vidas pueden comenzar a girar exclusivamente alrededor de la sustancia. Dada su peligrosidad y el alto riesgo de sobredosis, es esencial buscar ayuda y apoyo si se sospecha de una adicción al fentanilo.

Tratamiento de la adicción al fentanilo

El tratamiento de la adicción al fentanilo requiere de un abordaje multidisciplinar que abarque tanto los problemas físicos como los psicológicos que estén teniendo lugar. Inicialmente, puede ser necesario realizar una desintoxicación bajo supervisión médica para eliminar la droga del organismo. Durante este proceso es común que los pacientes experimenten síntomas de abstinencia que pueden ser intensos y, en algunos casos, peligrosos, lo que hace esencial la supervisión de profesionales de la salud.

Tratamiento de la adicción al fentanilo.

Tras la desintoxicación, el enfoque se desplaza a la rehabilitación, que a menudo implica terapia individual y grupal. Aquí, los pacientes aprenden sobre la naturaleza de su adicción, desarrollan habilidades para enfrentar situaciones que podrían llevar a una recaída y trabajan para resolver cualquier problema subyacente que pueda haber contribuido a su adicción en primer lugar.

Además, en algunos casos, puede ser útil la medicación como parte del plan de tratamiento para reducir los antojos y estabilizar el estado de ánimo del paciente.

Acudir a un centro de tratamiento de adicciones especializado es fundamental al tratar la adicción al fentanilo. Estos centros tienen el personal, la experiencia y los recursos adecuados para brindar un cuidado integral y personalizado. Dado que el fentanilo es extremadamente potente y presenta riesgos significativos, tener acceso a profesionales que entienden sus particularidades es fundamental para poder lograr una recuperación exitosa. Además, estos centros ofrecen un ambiente estructurado y de apoyo, alejado de las tentaciones y desencadenantes del entorno habitual del paciente, lo que puede ser esencial para comenzar el camino hacia la recuperación. En resumen, el tratamiento especializado maximiza las oportunidades de una recuperación duradera y reduce el riesgo de complicaciones o recaídas.

Te invitamos a compartir este artículo sobre la adicción al fentanilo con aquellas personas a las que creas que le pueda resultar de interés.

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