Abusar de los esteroides anabólicos puede desencadenar un síndrome de dependencia y problemas de salud irreversibles.
Como bien sabemos, uno de los hábitos de vida saludable más destacable es la puesta en marcha de ejercicio físico y deporte de forma rutinaria, que contribuye no solamente al bienestar físico, sino al bienestar psicológico y social. No obstante, incluso en este ámbito, nos podemos encontrar malas praxis que pueden afectar de forma severa a la salud y generar algún tipo de dependencia. Un ejemplo de ello lo constituye el uso y abuso de esteroides anabólicos, cuya finalidad última es la de impulsar el rendimiento físico y/o mejorar la apariencia físico.
Se ha podido observar un aumento en el uso de esteroides anabólicos a lo largo de los últimos años. En la mayoría de las ocasiones, el consumo de estas sustancias persigue la búsqueda de un aspecto físico característico y alcanzar unos cánones de “belleza” impuestos y extendidos en sociedad. A pesar de esto último, se pueden tomar por otros motivos que se expondrán a posteriori. En primer lugar, se explicará el concepto de esteroides anabólicos.
¿Qué son los esteroides anabólicos?
En el propio término de esteroide hace referencia tanto a las hormonas que son producidas por el organismo como a los fármacos que se elaboran de forma artificial y que son capaces de imitar la acción de los esteroides de origen natural. Las hormonas esteroides endógenas –producidas por el organismo– , se segregan a través de las gónadas y las glándulas suprarrenales y se clasifican en: andrógenos, estrógenos, progestágenos, glucocorticoides y mineralcorticoides.
Los andrógenos intervienen sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) y efectúan acciones fisiológicas relevantes para la salud, entre ellas, la activación de la función cognitiva, el mantenimiento de la masa ósea, crecimiento de la masa corporal magra, la estimulación en la formación de glóbulos rojos o la aportación en salud cardiovascular. Un ejemplo de esteroide andrógeno es la testosterona, que cumple un papel esencial en el desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales y el funcionamiento de las glándulas sexuales masculinas.
Los esteroides tienen efectos androgénicos y anabólicos, por eso, el término correcto de este compuesto es “esteroides anabólicos-androgénicos”. Los efectos androgénicos hacen alusión a los cambios en el pelo, en la libido o en la manifestación de la agresividad. Mientras que los efectos anabólicos explican el incremento en la producción y el empleo de proteínas por parte del organismo o el aumento de la masa muscular.
Los esteroides anabólicos sintéticos, es decir, producidos en laboratorio, son análogos de la testosterona y pretenden separar los efectos androgénicos de los efectos anabólicos, que se encuentran vinculados de forma natural. Lo que motiva a ser sintetizados de esta forma es disminuir químicamente las acciones androgénicas e impulsar los efectos anabólicos.
¿Para qué se usan?
Los esteroides anabólicos sintéticos se sitúan como tratamientos disponibles para algunos problemas médicos. Entre ellos, los casos de hipogonadismo masculino, en los que la persona no produce de forma natural cantidades suficientes de testosterona y se emplean estos fármacos por sus fines androgénicos.
Asimismo, se utilizan en pacientes que han sufrido quemaduras, o que se encuentran en estado debilitado para prevenir la emaciación muscular, que se trata de la pérdida involuntaria y masiva de peso corporal, especialmente de masa muscular, causado por alguna enfermedad. Por otra parte, en medicina se pueden llegar a recetar como tratamiento coadyuvante para ciertos tipos de cáncer, anemia o el síndrome de inmunodeficiencia adquirido -o SIDA-.
No obstante, los datos que respaldan utilizar esteroides anabólicos para las patologías anteriormente mencionados son escasos.
Pese a ello, la forma más común de uso y abuso de esteroides anabólicos es la que tiene como fin último, el incremento de la masa muscular magra y la intensificación de la fuerza.
¿Quiénes hacen uso y abuso de esteroides anabólicos?
Los esteroides anabólicos pasaron a ser en la década de los 80, las sustancias más utilizadas en del deporte, desplazando a los estimulantes. Algunos atletas y fisicoculturistas lo utilizan para mejorar su rendimiento y otros lo hacen para practicar halterofilia o levantamiento de pesas.
Se estima que aquellos que hacen un mayor uso de estas sustancias son los varones de entre 18 y 45 años, con trabajos de media jornada y tiempo suficiente para entrenar en gimnasios o hacer deportes como la halterofilia, entre otros. La mayoría hace ejercicios de manipulación para ejercitar la potencia y la resistencia muscular.
El uso entre mujeres sucede, pero de forma menos asidua, a pesar de que los efectos de estas sustancias se pueden producir tanto en hombres como en mujeres.
Si bien el uso y abuso de esteroides anabólicos ha estado siempre relacionado con el mundo del deporte de alta competición, desde hace mucho tiempo están prohibidos en el deporte profesional ya que se están considerados como dopaje.
¿Cómo se consumen?
En primer lugar, estas sustancias se pueden administrar a través de la vía oral, mediante cápsulas; a través de vía tópica en forma de gel o crema; o inyectada en los músculos. Esto constituye la parte que corresponde al uso de estas sustancias. Cuando las dosis en que se administran pueden superar de 10 a 100 veces las recetadas para problemas médicos se podría hablar de abuso de esteroides anabólicos.
Existen diversas formas de abusar de esteroides: consumo cíclico, apilado, piramidal o de meseta. El consumo cíclico consiste en tomar varias dosis durante un tiempo, suspenderlas tras un lapso determinado y reanudarlas nuevamente. La forma apilada, combina dos o más esteroides diferentes o mezcla esteroides orales con inyectables. El estilo de consumo piramidal se basa en incrementar la dosis o la frecuencia de consumo paulatinamente y reducirlo de igual manera. Finalmente, el consumo de meseta alterna o sustituye esteroides diferentes para esquivar la tolerancia.
¿Cómo afecta el uso de esteroides anabólicos al cerebro?
Al contrario que la mayoría de las sustancias de las que se abusa, los esteroides anabólicos funcionan de forma diferente en el cerebro y los efectos a corto plazo son distintos. El sistema de recompensa no se activa ni genera una sensación de euforia, por lo tanto, no se produce un alza en la cantidad de dopamina, que es la sustancia que refuerza la repetición del consumo o realización de una conducta. Sin embargo, afecta al sistema límbico, que es la región encargada del estado de ánimo, por ello, se producen cambios extremos en el comportamiento, que se conocen como “rabia del roid”.
A raíz de un consumo perjudicial, se pueden presentar efectos psicológicos como los siguientes:
• Celos paranoicos, es decir, falta de confianza extrema e irrazonable en los demás.
• Agresión e irritabilidad excesivas.
• Delirios basados en ideas o creencias irreales.
• Disminución en la capacidad de razonamiento.
• Ideas obsesivas o fantasiosas.
¿Cuáles son las consecuencias del abuso de los esteroides anabólicos en la salud?
Dentro de las consecuencias que puede ocasionar el abuso de estas sustancias, encontramos aquellas que pueden ser reversibles, si se interrumpe el consumo a tiempo, o irreversibles. Se han descrito multitud de efectos secundarios asociados al abuso de esteroides anabólicos, que dañan distintos sistemas del organismo.
Puede perjudicar al sistema hormonal, interrumpiendo la producción natural de hormonas, que desencadenan la disminución de espermatozoides y el encogimiento de testículos para los hombres. En las mujeres, puede agravar la voz o modificar la piel y los órganos sexuales. Algunos de estos cambios pueden ser reversibles, mientras que otros, inevitablemente se tornan irreversibles.
Cuando se abusa de esteroides anabólicos, se elevan los niveles de testosterona y otras hormonas sexuales, que son las encargadas de iniciar el crecimiento humano como de interrumpirlo cuando sea debido. Los esteroides anabólicos, pueden enviar señales que anticipan detener el crecimiento, antes de tiempo, dañando así el sistema musculoesquelético.
El consumo de estos fármacos perturba los niveles de lipoproteínas que llevan el colesterol en la sangre, si la sangre no llega al corazón, un desenlace posible es un ataque a este órgano y si esta no llega al cerebro, se puede provocar un ataque al cerebro. Por lo tanto, el abuso de esteroides anabólicos puede lesionar el sistema cardiovascular.
Otras consecuencias del abuso de esteroides anabólicos se pueden observar en la piel, con la presencia de acné y quistes; en el hígado, en donde pueden aparecer tumores que pueden desintegrarse y causar hemorragias internas; o infecciones, originadas por no esterilizar el material que en determinadas circunstancias se comparte para inyectarse.
¿Se puede desarrollar dependencia a los esteroides anabólicos?
Cuando una persona llega a considerar que su cuerpo no es lo suficientemente “musculoso” y que este hecho entorpece relacionarse social y sexualmente y además experimenta cierto grado de ansiedad cuando siente que debe “demostrar” su capacidad o rendimiento, nos encontramos ante un aspecto psicológico y psicosocial que constituye un posible factor de riesgo a la hora de consumir esteroides anabólicos. Asimismo, algunos factores precipitantes pueden ser la autopercepción corporal distorsionada, la infravaloración de los efectos adversos o la tendencia a asumir riesgos elevados.
Si bien a corto plazo, se pueden observar ciertas mejoras en el aspecto físico, aumentando consigo la autoestima, autoimagen o el rendimiento sexual, los efectos negativos a nivel biológico y a nivel emocional no tardan en manifestarse. A medida que aparecen los efectos nocivos, los efectos “beneficiosos” desaparecen progresivamente.
El abuso de esteroides anabólicos puede desencadenar un síndrome de dependencia, que se acompaña habitualmente de un historial de consumo de dosis elevadas y autoadministradas, inicio precoz del consumo y uso conjunto de varios esteroides.
Cuando se interrumpe el consumo después de un tiempo prolongado, pueden aparecer algunos síntomas de abstinencia como la fatiga, la inquietud, la pérdida de apetito, problemas de sueño, disminución de la libido o un deseo intenso de consumir esteroides anabólicos. Por último, puede aparecer incluso síntomas depresivos.
Pide ayuda si crees que tienes una dependencia o has perdido el control
Como se ha podido observar, el uso y abuso de esteroides anabólicos conlleva numerosas consecuencias a nivel físico, psicológico y social. Sin embargo, es posible que sean reversibles si se detiene el consumo a tiempo.
En el caso de encontrarte en una situación en la que has perdido el control sobre el uso de estas sustancias o cualquier persona de tu entorno, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Nuestro Centro Especializado en Adicciones trabaja para determinar el tratamiento que más se adecue a tus necesidades particulares, aportándote las herramientas esenciales para encontrar bienestar en tu vida sin utilizar estas sustancias.
Referencias
1. Reporte de Investigación: «Abuso de los esteroides anabólicos» (PDF). Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de EEUU (NIDA): https://d14rmgtrwzf5a.cloudfront.net/sites/default/files/esteroides.pdf
2. Esteroides anabólicos. Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de EEUU (NIDA): https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/esteroides-anabolicos
3. Manual MSD Esteroides Anabólicos: https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/temas-especiales/drogas-recreativas-y-t%C3%B3xicas/esteroides-anab%C3%B3licos#v1027463_es
4. Guía informativa sobre esteroides anabolizantes (PDF). Generalitat Valenciana: http://www.san.gva.es/documents/156344/1781089/GuiaEsteroides.pdf
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